Noviembre. Treinta días tristes. Árboles de colores que se marchitan
con el frio y se estropean por la lluvia. Por mucho que salgamos con una
sonrisa a la calle, de repente te encuentras con que el cielo está
gris. Puede llover. O simplemente está gris porque no hay luces de
Navidad para alumbrar el cielo de mil colores, de esos que quedaban en
Octubre después de recordar otro verano inolvidable, o de esos que
llegarán en diciembre junto a esos días familiares donde huele a esa
extraña mezcla de emociones navideñas.
Luego están esos días en los que hace tanto frio que ni siquiera puedes
llorar porque las lágrimas se congelarían. Solo quedan las mantas y los
abrazos.Y quizá es tal el estres del mes de noviembre, que hasta el amor
parece que busca su pausa..
Pero siempre habrá alguien entre esos seis millones de personas del
mundo, que intente convertir el mes más triste del año en una época un
poquito más alegre.
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