Y de repente llegas tú. Nunca había conocido a nadie que de verdad pensara que yo valía la pena,hasta que te conocí a ti, y tú lograste qu...
viernes, 7 de junio de 2013
Querida almohada.
No pasa nada. Nos lo repetimos una y otra vez tratando de auto
convencernos . Nos miramos al espejo y respiramos, muy hondo, pensando que
cuando nos concentramos en respirar , todo lo demás no existe. Y es verdad, el
problema es que la duración de este efecto es de unos cinco minutos. Luego
sonreímos, nos obligamos a sonreír durante todo el tiempo cuando lo que realmente
necesitamos es llorar hasta que duela ese músculo que ni siquiera éramos
conscientes de que existía. Hacemos que
los problemas de los demás parezcan enormes, haciéndonos sentir , nada más y
nada menos, que culpables por estar tristes. Y entonces, nos lo guardamos. Todo
lo que querrías explicarle al mundo, se
queda aislado en una caja en algún rincón del universo, simplemente porque
creemos que no es demasiado importante como para contarlo, ni dar
explicaciones, simplemente ya está, y en la oscuridad, en la soledad ,
descubres que sin querer algo mojado y cálido se desliza por tus mejillas . Y
la almohada se convierte en nuestra amiga más fiel, y empapada, grita todo lo
que necesitamos escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario