Cuando te quedas mirando el reloj esperando que el tiempo pase
deprisa. Es como esos días en los que estás a 200 metros de casa
y sacas las llaves. Porque quieres llegar, rápido. Igual es que
tienes ganas de sentirte segura . O quizá solo necesitas
tranquilidad. O todo lo contrario. Como cuando se te presenta una
oportunidad y quieres que llegue lo antes posible. Para no
dejarlo escapar. Para que nadie lo pueda vivir por ti .
Y te abrazas. A esos momentos que no quieres perder. Los vives
como si fuera lo último que hicieras en tu vida. Porque nunca
sabrás que va a ser lo último que hagas. Y te aferras. Aunque se
traten de segundos . Por si no vuelven. Para que no pase el
tiempo. Para no dejarlo ir..
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